Torreón, Coahuila.- “La pelota reclama afecto. Si es pateada con pasión, el tiro acabará en las redes. Si es pateada con angustia o despecho, acabará junto a un vendedor de cervezas”: Juan Villoro.

Arranca un torneo más y con él nacen nuevas esperanzas y se trazan nuevos objetivos. En el caso de Santos Laguna, comienza el certamen con un déficit y con la necesidad de reencontrarse con una afición que, la campaña anterior se alejó de las gradas del Corona. 

Las causas de este distanciamiento son de todos conocidas; la pobre cosecha de puntos recogida el año pasado, las humillaciones en casa ante Gallos, Necaxa y León y, una falta de identidad sobre la cancha principalmente.

Esto lleva a esa obligación de recuperar lo perdido para congratularse con sus seguidores, y para eso deben mostrar una cara distinta. 

Si bien, de acuerdo con Transfermarkt, la plantilla albiverde, cotizada con un valor de mercado de 56.9 millones de euros, está considerada la quinta nómina más cara de la Liga MX, los resultados en la cancha no reflejaron este valor económico. 

El presupuesto debe ser de al menos 25 puntos por semestre, lo que garantiza al menos la fase de Liguilla, pero no es solamente en puntos el déficit, es también en identidad de juego, ese famoso ADN que distingue a los Guerreros y que prácticamente no se notó en el pasado reciente también debe regresar.

Nos podemos romper la cabeza analizando el sistema de juego que gusta a Pablo Repetto, que si juega con un punta, que si sus líneas se mueven en bloque, que si la defensa es endeble, que si los refuerzos se tienen que adaptar y un sinfín de cosas más, lo único real es que se le está acabando la paciencia al aficionado, que está acostumbrado a ver un equipo de altas aspiraciones.

Ya sin margen de error y con un camino andado por el Director Técnico, Santos tiene que regresar a los puestos en que suele y debe estar, que, para mi gusto es entre el quinto y el octavo lugar. En esos puestos de la tabla tiene que estar la mira Guerrera, no menos.

Eso es en relación a la cuota numérica, pero quiero insistir en que se tiene que mostrar ese perfil que gusta en la tribuna, el de un equipo que pelea sin importar el marcador ni el minuto del partido. Una oncena que muerda, presione y no se deje intimidar por nadie. Que el TSM vuelva a ser inexpugnable, en el que los rivales caen sin importar su tamaño. Ese es el ideal y es lo que busca su gente.

UN CAMINO SINUOSO

El camino del Guerrero en este naciente Clausura 2024 será complicado, principalmente en sus primeras seis fechas: Chivas, Rayados, León, Puebla, Atlas y Tigres. Se visita a Chivas, equipo que está viviendo una reestructura y que estrena Cuerpo Técnico, a León, aduana en la que solamente se ha ganado un partido en toda la historia y al hermano, un Atlas que tampoco vive sus mejores momentos. 

De local se medirá con Rayados, uno de los nuevos ricos del futbol mexicano y que tiene sed de revancha con sus aficionados, Puebla, en apariencia el más a modo de los seis y al subcampeón Tigres, sobra decir de lo poderoso de esta plantilla.

Si en esos seis encuentros logra sacar un saldo positivo que sea de al menos el 50 por ciento de los puntos posibles, el Guerrero estará bien encaminado de cara al resto del torneo y estará dando pasos hacia el reencuentro con quienes se han alejado del equipo.

En fin, comienza la aventura y solamente nos queda esperar por lo que la versión último modelo de Santos Laguna sea poderosa y tenga los argumentos suficientes para alcanzar sus metas. La afición está molesta, pero es tan fiel como Penélope a Odiseo y, si encuentra lo busca, las glorias de los laguneros regresarán.

 ¡Qué ruede el balón!

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